PANCRACIO, HISTORIA DE UNA PASIÓN

SUSANA CAMPUZANO

CEO de Luxury Advise
Directora de los Programas de Dirección de Lujo de IE Business School.
Autora de El universo del lujo (2003) y la Formula del Lujo (2019)
.

Conocí la marca Pancracio cuando una gran firma de lujo me comentó que en sus eventos solo le ofrecían a sus clientes, junto a una copa de champagne, un chocolote artesanal, muy exclusivo, llamado Pancracio. Mas adelante la vida quiso que un gran multinacional belga del chocolate me pidiera realizar un estudio de mercado para su entrada en España. Fue gracias a mi inmersión en el sector del chocololate gourmet, Premium y de lujo cuando me encontré, por segunda vez, con aquella marca de nombre extraño. Sin embargo al conocerla mejor me pareció tan hermosa y creativa, que era como si los dioses se hubieran parado, en un punto y a parte, para crear la propuesta mas estética, creativa e ingeniosa que uno hubiera podido imaginar en el mundo del chocolate. La pusimos en lo alto de la píramide por su exclusividad, calidad, innovación, diseño y poder de marca.

Por fin, en 2013 con motivo de un curso sobre alimentos Premium, gourmet y de lujo que estaba preprando para el Ministerio de Agricultura español, conocí a Pedro Alvarez, su creador. Tras una hora de relajada conversación comprendí que la magia de Pancracio, los tangibles y elementos diferenciadores que buscabamos en el producto, el diseño y la gama, no eran más que el alma de Pedro, destilada y convertida en creación. Sus orígenes, sus pasiones, su cultura, su búsqueda, su internacionalización, su carácter y poesía se encontraban tostados, molidos, templados y moldeados en el producto, el packaging y su elaborado merchandising.

Esto es lo que los clientes entendien y respiran como lujo.

Si una marca solo se crea con marketing o con un proceso de demanda; como mucho puede llegar a ser una marca Premium o de Alta Gama. Cuando hablamos de lujo ha de existir un proceso creativo de oferta, a veces doloroso, como ocurre en el arte; pero imprescindibe, para encender la chispa y el deseo irrflenable de poseer, adoptar o comprar el producto y la marca.

Es un proceso muy parecido al amor, tan apasionado y deseable que nos lleva a hacer locuras razonables. A este proceso se le llama desirability y solo se encuentra en aquellas marcas, como Pancracio, que han sido tocadas por el dedo divino de un creador.